nací aquella vez
en que me arrebataron del mundo
y sucumbí y rugí
porque quizás
no estaba preparada
otra vez nací
cuando el día aborrecía al silencio
y se ufanaba la ciudad en sus grises
y te vi en plena calle
corcoveando como caballo
encolerizando al tránsito
no supe de otros nacimientos míos
aunque seguro los halle
entre cerros/ cardones
o en las dos milésimas de segundo
en que te retuve entre mis brazos
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