viernes, 22 de enero de 2010

Se ha roto el norte de esa brújula de sueños. Arriba… abajo… al costado de: el mundo trastabilla/canasta con frutos que ruedan calle abajo –adoquines mediante- al río plateado que se mece sin mí. ¿Sin mí dije? Quise decir alucinado de soles ausentes de mí, desmarcados de mí, soles ajenos al ir y venir, a todo.
Quizás de este lado, de este lado, aquí, el sur de la brújula marque un nombre ¿el tuyo? Cuando las horas dejan de ser pares y añoro tu cercanía quisiera tener ese polo marcando el norte/el sur, una latitud otra hacia donde emprender la marcha.