noche singular
noche negra
la de la huída
sin sombra
sin señas
sin huellas

el sol en un farol
sol de noche
en vela

las cosas suceden
en el tiempo
y a través

esta sensación
por ejemplo
es nueva
pero no tanto

encontré que la espera
es premura
es espera
es tener una sonrisa
encendida en el pecho
en el centro del corazón
en el centro de mí.

latires

así sucede
un día cualquiera
sucede
que laten dos
corazones
en una
y así
de pronto
una se multiplica

sucede
por sorpresa
como si nada
estableciera
con antelación alguna
lo asombros
de este doble latir

decidí seguir
pude
para sorpresa mía
sobre todo

salió el sol
de pronto
dentro mío
también salió

paso más tiempo en los colectivos y trenes
que en ningún otro lado
casi
una vez conté y llegaba a La quiaca
con los km que había hecho en el sarmiento
no miento si digo que
a estas alturas
entre la calle rivadavia
alberdi
crovara
las heras
santa fe
y de regreso
estoy a punto
de dar la vuelta
al mundo

campanita sonante
de este lado del día
tu música es un eco
suena sueña suena
la casa
al ritmo de tí

Se ha roto el norte de esa brújula de sueños. Arriba… abajo… al costado de: el mundo trastabilla/canasta con frutos que ruedan calle abajo –adoquines mediante- al río plateado que se mece sin mí. ¿Sin mí dije? Quise decir alucinado de soles ausentes de mí, desmarcados de mí, soles ajenos al ir y venir, a todo.
Quizás de este lado, de este lado, aquí, el sur de la brújula marque un nombre ¿el tuyo? Cuando las horas dejan de ser pares y añoro tu cercanía quisiera tener ese polo marcando el norte/el sur, una latitud otra hacia donde emprender la marcha.