
siempre despertaba
con la palpitación
¿la certeza?
el mundo giraba ocioso
como un gato
entre mis piernas
refregándose contra mí
impunemente
recorría los cuartos
dos (nunca fueron tantos)
abría las ventanas
espiaba al patio
y el run run de esa proximidad
se me volvía tacto
me desplegaba felinamente
sobre el tiempo y las cosas
o quizás era el mundo
o ese gato
que no se separaba de mí
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